con imágenes tomadas de la red
Desde que el VIH fue identificado en la década de los 80, la ciencia ha avanzado de forma notable. Hoy, vivir con el virus ya no significa una sentencia, gracias a los tratamientos antirretrovirales. Sin embargo, el gran desafío sigue siendo prevenir nuevas infecciones, y en ese camino ha surgido una alternativa que genera gran expectativa: el lenacapavir.
Este nuevo medicamento ha sido calificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una opción prometedora para frenar el VIH, especialmente mientras no exista una vacuna efectiva.
El lenacapavir pertenece a una nueva generación de fármacos contra el VIH.
A diferencia de otros tratamientos, actúa como inhibidor de la cápside, la estructura que protege el material genético del virus y las enzimas que necesita para reproducirse.
Durante años, este medicamento se utilizó únicamente en personas ya infectadas, sobre todo en casos donde el virus mostraba resistencia a otros tratamientos. Pero recientemente, tanto la FDA en Estados Unidos como la Agencia Europea del Medicamento aprobaron su uso como profilaxis preexposición (PrEP), es decir, como tratamiento preventivo para personas que no tienen VIH pero presentan un riesgo elevado de contraerlo.
Hasta ahora, la PrEP requería tomar una pastilla diaria desde 2019.
Lenacapavir marca un antes y un después, ya que funciona con solo dos inyecciones subcutáneas al año, lo que representa un cambio importante en la estrategia de prevención.
Este esquema está pensado para personas con mayor riesgo de infección, como trabajadores sexuales o quienes tienen una pareja seropositiva.
Especialistas del Instituto de Química Médica del CSIC explican que el lenacapavir se une directamente a la cápside del virus, provocando su desestabilización.
Esto permite bloquear el VIH en dos momentos clave:
Impide que el material genético del virus entre correctamente a la célula humana.
Evita el ensamblaje y la maduración de nuevos virus, frenando su propagación.
Este doble bloqueo hace que el medicamento sea altamente eficaz, incluso frente a variantes resistentes.
Los tratamientos diarios, aunque efectivos, enfrentan problemas como olvidos, estigma o dificultades para acceder a servicios de salud. En ese sentido, el lenacapavir ofrece varias ventajas:
Mejora la adherencia al eliminar la toma diaria de pastillas.
Brinda mayor privacidad a quienes lo usan.
Facilita la prevención en jóvenes y comunidades con barreras de acceso médico.
Asegura una protección constante durante todo el año.
El VIH sigue siendo un virus complejo que ataca el sistema inmunológico y, sin tratamiento, puede derivar en Sida. Aunque los avances médicos han reducido drásticamente los casos graves, la prevención sigue siendo fundamental.
Por ello, la OMS ya incluyó el lenacapavir en sus nuevas directrices y recomienda su aplicación dos veces al año en personas con alto riesgo. Para su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, este medicamento es “una muy buena opción” en un escenario donde aún no existe una vacuna contra el VIH.
Lenacapavir representa así un paso firme hacia una prevención más sencilla, discreta y eficaz, con el potencial de cambiar la estrategia global contra el virus.
Con información de El Financiero.
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