Una tercera parte de la población mexicana tiene una deuda de sueño

Expertos señalan que si las personas no duermen lo suficiente y con calidad tienden a subir de peso, se debilita su sistema inmunológico, aumenta el riesgo de que padezcan diabetes, enfermedades cardiovasculares e hipertensión; son más vulnerables a la depresión y a la ansiedad, la función cognitiva se ve afectada y se acelera su proceso de envejecimiento.

Dormir es un proceso fisiológico que los seres humanos realizan durante un tercio de sus vidas; lo requieren para dormir, pensar claramente, reaccionar rápido y asentar la memoria.

Además de ser un placer, es uno de los tres pilares de la buena salud, junto con una dieta equilibrada y la actividad física regular.

Las personas que duermen sin interrupciones presentan tasas más bajas de hipertensión, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas, puntualizan Ivonne Selenne Verde Tinoco y Rafael Santana Miranda, especialistas de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Sin embargo, los mexicanos somos una población enferma, ya que de acuerdo con la Encuesta Nacional en Salud 2016 una tercera parte de la población tiene una deuda de sueño; es decir, no duerme el número de horas necesarias para funcionar bien al día siguiente, en particular, la que está en edad productiva, precisa Rafael Santana Miranda.

“Somos una sociedad con restricción de sueño –práctica común en la actualidad, que consiste en extender voluntariamente el tiempo que permanecemos despiertos–, lo que resulta peligroso porque se echan a andar mecanismos que nos conducen al desarrollo de diversos trastornos metabólicos y cardiovasculares que mantienen en jaque a la población, sobre todo en esta crisis sanitaria mundial”, señala el experto.

A propósito del Día Mundial del Sueño que se conmemora el 19 de marzo, y cuyo lema en esta ocasión es “Sueño reparador, futuro saludable”, el universitario resalta que si algo nos enseña la pandemia de la COVID-19 es que requerimos cambiar nuestro estilo de vida, pero también dormir la cantidad de horas suficientes y necesarias para una mejor calidad de vida y un estado general de salud física, cognitiva y emocional estables.

Sin embargo, subraya Rafael Santana, la principal patología del ser humano es dormir menos de lo que corresponde. Según la última Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño existen cerca de 100 patologías del sueño, además de la restricción, problemas respiratorios que se acompañan del síndrome de apnea obstructiva del sueño, es decir, “estas pausas que tenemos mientras dormimos y durante las cuales dejamos de respirar”.

Este síndrome puede manifestarse en todos los grupos etarios, aunque la frecuencia aumenta con la edad y la obesidad, algunos síntomas son los ronquidos y sueño durante el día.

La otra situación es la somnolencia excesiva. Es común decir que alguien no tiene problemas para conciliar el sueño porque “se quedan dormidos en cualquier sitio, en el camión, el Metro, en el trabajo, esos son claros síntomas de alguien que tiene deuda de sueño, puede pasar muchas horas dormido, pero con una terrible calidad”.

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