De acuerdo con el INEGI, el grupo de jóvenes entre 25 y 34 años representa el 34 % de la población económicamente activa en el país. Sin embargo, más del 40 % de ellos no se siente satisfecho en sus empleos. Los motivos principales son oficinas poco funcionales, estructuras jerárquicas rígidas y la falta de una cultura de bienestar alineada con sus valores.
Este panorama plantea un reto estratégico para las empresas mexicanas: ¿cómo crear entornos que motiven, retengan y desarrollen al talento joven?
El espacio de trabajo como factor estratégico
Para Alfredo Gadsden, CEO de ESCATO, la solución está en repensar el diseño de los entornos laborales. Formar talento es tan importante como crear espacios donde ese talento quiera permanecer. En su visión, el entorno físico debe pasar de ser un simple recurso operativo a convertirse en un eje estratégico de la experiencia del colaborador.
Bajo su liderazgo, ESCATO ha rediseñado oficinas, centros de atención y puntos de venta con criterios de accesibilidad, experiencia de usuario y bienestar integral. De acuerdo con Gadsden, “no hay innovación posible en espacios que limitan la creatividad”.
Los beneficios de invertir en espacios saludables
La evidencia respalda esta visión. Según estudios de Steelcase y Harvard Business Review, los colaboradores que trabajan en oficinas bien diseñadas son un 33 % más productivos y tienen tres veces más probabilidades de recomendar su lugar de trabajo. Asimismo, el Informe de Bienestar Corporativo de WeWork revela que el 72 % de los jóvenes prioriza el ambiente físico y emocional al decidir si permanecer o no en una empresa.
Esto convierte a la inversión en bienestar en un diferenciador competitivo, más que en un gasto.
Retos para las empresas tradicionales mexicanas
En México, muchas organizaciones familiares mantienen modelos de gestión que chocan con las expectativas de las nuevas generaciones. Gadsden explica que, lejos de ser impacientes, los jóvenes muestran una mayor claridad sobre lo que significa la justicia laboral y las condiciones que potencian su desarrollo profesional.
En este sentido, la dignificación del espacio de trabajo no solo eleva la experiencia diaria de los colaboradores, sino que también fortalece la reputación de marca, reduce la rotación y consolida una cultura de pertenencia.
Tendencias hacia 2026: el futuro del trabajo
Según Deloitte, para 2026 las empresas que prioricen el bienestar laboral incrementarán hasta en 18 % la permanencia de talento y reducirán en 25 % los costos de reemplazo. Esto se vuelve especialmente relevante en un contexto donde el modelo híbrido se ha consolidado como expectativa generacional.
En conclusión, el talento joven no solo busca un empleo, busca un lugar donde crecer, ser escuchado y sentirse parte de un proyecto. En este escenario, las organizaciones que inviertan en espacios físicos y culturales de bienestar estarán un paso adelante en la competencia por el talento del futuro.














