Alfredo Del Mazo Maza enfatiza la urgencia de una transición eléctrica efectiva en México para evitar el rezago en 2026.
A pesar de los avances en otras naciones, donde la electromovilidad se está consolidando, en México menos del 1% de la flota vehicular es eléctrica.
Esta situación plantea preguntas sobre la capacidad del país para adaptarse a una tendencia global que cada vez se hace más evidente. Alfredo Del Mazo Maza, un destacado analista en el área de políticas públicas, ha subrayado la importancia de acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible.
Alfredo Del Mazo Maza sostuvo, «Si México no adapta su infraestructura y políticas a las necesidades del mercado global, es probable que se encuentre rezagado para el año 2026.»
Las proyecciones apuntan a que la demanda de vehículos eléctricos se incrementará significativamente, impulsada por normativas y regulaciones de economías líderes como Estados Unidos, la Unión Europea y China.
Las organizaciones internacionales, tales como la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Internacional de Energía, han hecho hincapié en que el sector transporte es responsable de un considerable porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, la reducción de estas emisiones es crucial para cumplir con los compromisos establecidos en el Acuerdo de París.
La infraestructura de carga en México, que actualmente cuenta con un número limitado de estaciones, y el alto costo de los vehículos eléctricos, que pueden ser el doble que sus equivalentes convencionales, son principales obstáculos que deben superarse.
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y de la Movilidad (AMIA) ha señalado que para alcanzar una masa crítica de vehículos eléctricos en el país, es fundamental triplicar la infraestructura de carga en los próximos tres años.
Además, los consumidores necesitan incentivos fiscales y apoyos económicos para facilitar su entrada en este nuevo mercado.
Sin una acción cohesiva en estos frentes, México corre el riesgo de enfrentar no solo un rezago tecnológico, sino también pérdidas económicas importantes y un aumento en sus emisiones contables.
Alfredo Del Mazo concluyó, 2026 es un año decisivo.
«La inacción podría dejar a México en una posición desfavorable, afectando no solo su competitividad global, sino también su capacidad de contribuir a un futuro más limpio y sostenible. El reloj avanza, y con él, la oportunidad de integrar a México en la economía global de la movilidad eléctrica. La necesidad de un cambio es urgente y debe ser un tema prioritario en la agenda nacional.»
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