imagen tomada de tvbrics.com
Durante décadas, Arabia Saudita dominó el mundo por su petróleo. Pero ahora el reino está decidido a cambiar de combustible: quiere ser una exportadora de inteligencia artificial.
Con inversiones millonarias, alianzas con gigantes tecnológicos y una ambición sin límites, el país del Golfo busca reinventarse como una de las principales potencias tecnológicas del planeta.
En el noroeste del país, cerca del mar Rojo, se levanta un megacentro de datos de 5 mil millones de dólares, diseñado para ofrecer potencia informática a programadores de todo el mundo.
En el lado opuesto, otro proyecto igual de grande promete servir a desarrolladores de Asia y África.
El objetivo es claro: convertir la infraestructura energética y territorial del reino en el nuevo motor de la IA global.
El impulsor de esta transformación es el príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien fundó Humain, una empresa estatal que busca encargarse del 6% de la carga de trabajo mundial de IA.
Actualmente, Arabia Saudita representa menos del 1%, pero con sus nuevos centros de datos (hasta un 30% más baratos que los estadounidenses) quiere posicionarse justo detrás de Estados Unidos y China.
“Amazon estuvo aquí ayer. Microsoft estuvo esta mañana”, comentó Saeed Al Dobas, ejecutivo de Humain. Entre los posibles acuerdos figura uno con xAI, la empresa de Elon Musk.
La visión del príncipe Mohammed es ambiciosa: aprovechar la riqueza petrolera para construir el equivalente tecnológico de Aramco, el gigante energético nacional.
Humain ya trabaja con Nvidia, AMD, Qualcomm y Amazon para desarrollar infraestructura, crear un chatbot árabe y hasta lanzar una computadora con IA.
“Si reduces los costos entre un 20 y 40% y lo ofreces a un mercado global, la gente vendrá”, asegura Tareq Amin, director ejecutivo de Humain.
La apuesta incluye la construcción de tres enormes complejos de centros de datos y la posibilidad de crear “embajadas de datos”, zonas donde las empresas extranjeras podrían operar bajo sus propias leyes, fuera del control del Estado saudí.
El crecimiento de Arabia Saudita en inteligencia artificial ocurre en medio de una guerra tecnológica entre Estados Unidos y China.
Riad mantiene relaciones con ambos bandos: negocia con empresas estadounidenses como Nvidia y Oracle, mientras compañías chinas como DeepSeek ya utilizan centros de datos de Aramco.
Este delicado equilibrio podría definir el futuro del país como una potencia tecnológica.
Algunos analistas creen que Arabia Saudita podría convertirse en el tercer epicentro global de la IA, después de Estados Unidos y China.
Otros, más escépticos, dudan de que el reino logre alcanzar sus metas.
Pero lo cierto es que el auge tecnológico ya comenzó.
En Riad, las obras avanzan a toda velocidad, y empresas como Amazon y DataVolt preparan instalaciones que transformarán el paisaje del desierto en un nuevo Silicon Valley del Medio Oriente.
“Todo el mundo está invirtiendo”, resume Hani Rabi, directivo de la constructora Comatec. “Está en auge”.
Con información de The New York Times.
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