Investigadores principales del Centro John Innes, están preparados para producir chícharos sin los desafíos de sabor asociados, pero siguen siendo altamente nutritivos.
Además de ofrecer sostenibilidad ambiental, el proyecto de innovación brindará nuevas oportunidades económicas para que los agricultores reemplacen la soja con la alternativa de cosecha propia.
Hace tres décadas, un grupo de científicos descubrieron un gen específico vinculado al sabor del chícharo en una investigación que finalmente se abandonó por falta de utilidad práctica. Sin embargo, ahora podría ser la base de una nueva industria.
«El mundo ha cambiado, los consumidores quieren incorporar a sus dietas cada vez más proteínas de origen vegetal en lugar de carne. Así, los chícharos sin sabor se pueden convertir en el sabor de moda», señala Claire Domoney, profesora del Centro John Innes (JIC) en Norwich e integrante del grupo de científicos que trabaja en el proyecto.
De acuerdo con la agencia gubernamental Innovate UK, Reino Unido importa cuatro millones de toneladas de soja al año para comida y piensos animales, y medio millón sirve para producir alimentos veganos y vegetarianos.
Fuente thefoodtech.com
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