El registro de lo que puede conocerse como uno de los primeros bombardeos aéreos en el mundo, fue cortesía del avión biplano “Sonora”, que arribó al país en abril de 1913 para formar parte de la escuadrilla del ejército constitucionalista.
La aeronave modelo G.L. Martin Pusher, con motor fabricado por Glenn Curtiss de ocho cilindros y 75 caballos de fuerza, surcó los aires y pasó a la historia por protagonizar sino uno de los capítulos más memorables de la Revolución Mexicana, al menos si uno que marcó la historia de la aviación mexicana y mundial.
El “Sonora” fue traído desde territorio estadounidense en 1913 por el piloto francés Didier Masson y el mecánico Thomas McDean, quienes lo trasladaron desarmado en cinco cajas a bordo ferrocarril Southern Pacific; su costo en aquel entonces fue de cinco mil pesos de aquella época.
Tras un episodio en Tucson, Arizona, donde el cónsul mexicano de aquel entonces, Alejandro D. Ainsle, quien apoyaba al ejército federalista retuvo el avión; las cajas fueron recuperadas y llevadas a territorio nacional, donde el “Sonora” finalmente fue armado.
Días después, el ejercito federalista encuartelado en la bahía de Guaymas, Sonora se defendía con varios barcos cañoneros; sin embargo, no contaron con la intempestiva aparición del “Sonora” al mando del piloto Masson, que surcando los cielos arrojó varias bombas improvisadas, a dicho episodio se le puede considerar como el primer combate aeronaval en la historia mundial.
Un año después, ocurrió otro episodio en Topolobampo
Sin embargo, otra versión narra que fue hasta un año después, en 1914 en Topolobampo, Sinaloa, cuando el “Sonora” piloteado por Gustavo Salinas Camiña se convirtió en el primer avión bombardero del mundo.
Uno de los barcos cañoneros, “El Tampico” pasó del bando federalista al constitucionalista, se refugió en Topolobampo hasta donde fue perseguido por los otros barcos; tras querer navegar para unirse a las filas del general Álvaro Obregón, fue bloqueado.
Al no poder cruzar el bloqueo que tenía por delante regresó a Topolobampo para ser reparado; ya en la bahía, iba a ser atacado hasta que fue auxiliado desde el aire por el “Sonora”, que dejó caer bombas sobre el barco “Guerrero”, cumpliendo así su misión de rescate y regresando casi sin combustible a tierra firme.
Actualmente una réplica del biplano se encuentra en el Museo Sonora en la Revolución en Ciudad Obregón ya que el original sufrió desperfectos después del episodio en Topolobampo, y nunca fue reparado.
En territorio nacional ya se habían registrado episodios memorables como el del joven Alberto Braniff, primer mexicano e hispanoparlante en surcar los cielos, y la proeza del entonces presidente Gustavo I. Madero, primer mandatario en elevarse en un avión, al acompañar al piloto británico George M. Dyott.
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- reddmemp
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