Ya sólo queda con vida una jirafa blanca. Esto en todo el mundo, zoológicos incluidos. Por este motivo, esta única jirafa está siendo monitoreada constantemente por medio de un dispositivo GPS. Es de este modo para protegerla de los cazadores furtivos que aprecian mucho su piel.
Este único ejemplar de jirafa blanca habita en el país de Kenia, en el continente africano. Es un macho, y sus cuidadores en la reserva keniana no le han puesto ningún nombre.
Esta jirafa blanca no siempre vivió sola. Hace tiempo convivía con una hembra y su cría. Pero ambas fueron asesinadas por los cazadores furtivos que rondan las zonas protegidas de Kenia, como la de Ishaqbini Hirola, en donde habita el macho superviviente.
Esta jirafa blanca debe su característico color al leucismo, una característica genética que le causa el color blanco. Esto rompe con el camuflaje natural de las jirafas y las hace ser muy notorias en su ambiente natural.
El macho vigilado vía GPS habita actualmente en la frontera entre Kenia y Somalia.
Y dicho dispositivo, colocado en uno de sus cuernos, emite una alerta cada hora. De esta forma, los guardabosques tienen conocimiento de su ubicación en el terreno.
La reserva agradeció al Servicio de Vida Salvaje de Kenia y a los grupos Northern Rangelands Trust y Save Giraffes Now por su ayuda.
La jirafa blanca no es un animal albino, tan solo ha perdido la pigmentación de su pelaje debido a un rasgo genético llamado leucismo. Sin embargo, este animal continúa produciendo pigmentos oscuros en los tejidos blancos, así sus ojos son oscuros. Los albinos los tienen rosados.
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