Crean vacunas de ARN para curar árboles enfermos.
Por primera vez, los científicos demostraron que la técnica del ARN interferente (RNAi) puede ser utilizada eficazmente para controlar esta patología, marcando un hito en la protección de los bosques de pino y la sostenibilidad forestal.
El estudio, recientemente publicado en la revista Plant Disease, describe cómo el equipo de investigación empleó la tecnología RNAi para silenciar genes específicos del hongo Fusarium circinatum, lo que resultó en una notable reducción de su capacidad patogénica.
Esta estrategia innovadora no solo ofrece un método más ecológico y específico para controlar la enfermedad, sino que también presenta una alternativa prometedora frente a los métodos tradicionales, como el uso de fungicidas, que pueden tener impactos ambientales negativos.
El avance logrado por el equipo de Plagas y Enfermedades Forestales del Campus de Palencia coordinado por el catedrático Julio Javier Díez Casero representa un cambio de paradigma en la forma de enfrentar esta enfermedad.
Técnica de RNAi
Utilizando la técnica de RNAi, los investigadores han encontrado una forma de «apagar» genes específicos dentro del hongo Fusarium circinatum, reduciendo su capacidad para infectar y matar a los árboles de pino.
Este método, en cierta parte similar al mecanismo utilizado en las vacunas de ARN para entrenar al sistema inmunológico humano a combatir virus como el SARS-CoV-2, actúa directamente sobre los procesos genéticos del patógeno, interfiriendo en su desarrollo y virulencia. Tras su aplicación, el hongo pierde su agresividad temporalmente reduciendo su capacidad para producir daños, por lo que el árbol puede aprovechar para recuperarse y seguir creciendo.
Fusarium circinatum es conocido por causar el chancro resinoso, una enfermedad que afecta gravemente a diversas especies de pino, provocando importantes pérdidas económicas en el sector forestal. Hasta ahora, el manejo de esta enfermedad ha sido un desafío debido a la limitada eficacia de las estrategias de control convencionales y la alta adaptabilidad del hongo a diferentes condiciones ambientales.














