Imagen tomada de kealakai.byuh.edu
El pasado 29 de julio, un terremoto de magnitud 8,8 en la península de Kamchatka, Rusia, generó un tsunami que cruzó el Pacífico y puso a prueba un avance sin precedentes: la tecnología GUARDIAN de la NASA.
Este sistema experimental logró detectar en tiempo real la formación de la ola y emitir alertas minutos antes de que alcanzara zonas vulnerables como Hawái.
Para los expertos, esos minutos extra significan la diferencia entre el riesgo y la oportunidad de evacuar.
Esta tecnología fue desarrollada en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA.
El sistema GNSS Upper Atmospheric Real-time Disaster Information and Alert Network (GUARDIAN) analiza distorsiones en la atmósfera provocadas por el movimiento del mar.
En solo 20 minutos tras el sismo, GUARDIAN notificó a los especialistas sobre el tsunami.
Fue capaz de confirmar señales entre 30 y 40 minutos antes del impacto en la costa.
Su éxito se debió también a la incorporación reciente de inteligencia artificial y un sistema de mensajería que, de manera sorprendente, habían sido activados apenas un día antes del terremoto.
Para Christopher Moore, director del Centro de Investigación de Tsunamis de la NOAA, GUARDIAN ofrece una perspectiva única al observar el océano desde el espacio, complementando los sensores de presión en aguas profundas, que aunque son el estándar actual, resultan costosos y de cobertura limitada.
En la misma línea, Bill Fry, de la ONU, aseguró que este sistema representa “el tipo de innovación que necesitamos para la próxima generación de sistemas de pronóstico de tsunamis”.
Cuando un tsunami levanta enormes volúmenes de agua, desplaza aire hacia la atmósfera superior, generando ondas que alteran las señales GNSS de los satélites.
En lugar de corregir esas “fallas”, GUARDIAN las interpreta como evidencia del tsunami.
Gracias a más de 350 estaciones GNSS distribuidas por el mundo, el software puede detectar señales hasta a 1.200 km de distancia.
Además, en condiciones ideales puede dar alertas con más de una hora de anticipación.
A diferencia de otros sistemas, GUARDIAN puede identificar un tsunami sin importar su origen: terremoto, volcán, deslizamiento submarino o incluso condiciones meteorológicas extremas.
Para Adrienne Moseley, del Centro Conjunto de Alerta de Tsunamis de Australia, lo más importante será mantener la cooperación internacional y el acceso abierto a los datos:
“Los tsunamis no respetan fronteras, y la información debe compartirse para proteger a las comunidades costeras”.
Con GUARDIAN, la NASA abre la puerta a un futuro en el que la detección temprana de tsunamis pueda salvar miles de vidas en todo el planeta.
Con información de Infobae.
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