La microencapsulación es una técnica novedosa en beneficio de la agricultura.
Los bioinsumos son considerados una opción más amigable con el ambiente, ayudan a controlar plagas y enfermedades, su uso mejora la calidad del suelo y son más económicos que los fertilizantes y plaguicidas químicos tradicionales.
Son productos hechos a base de células de microorganismos vivos, como bacterias u hongos, muchos de los cuales ya habitan en el suelo.
Uno de los principales problemas de los bioinsumos celulares es que su viabilidad decae rápidamente, es decir, desde que son creados en el laboratorio hasta que son aplicados en el campo pueden perder estabilidad y efectividad en los cultivos. Esto representa pérdidas económicas de 10 mil millones de dólares anuales a nivel mundial.
Las áreas de oportunidad de esta tecnología se enfocan en encontrar microorganismos que se mantengan viables durante todo el proceso de producción, transporte y almacenamiento, así como las adversidades del ambiente y de suelo. Esto, en la actualidad, es un desafío para toda la industria que elabora productos biológicos de uso agrícola.
Encapsulación
Una alternativa frente a este problema, es el uso de estrategias de protección celular como la encapsulación. “Es una técnica que consiste en generar cápsulas o recubrimientos que atrapan a las células microbianas y les ayuda a tener una mayor protección ante condiciones adversas, por ejemplo, puede emplearse en células que se utilizan en la agricultura, como organismos fijadores de nitrógeno o aquellos que pueden promover el crecimiento de las plantas”, explica el doctor Carlos Peña Malacara del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
La implementación de esta técnica fue la base de la creación de la empresa MicroIN, fundada por la doctora Victoria Conde Ávila, ex alumna del Instituto de Biotecnología, y que tiene como asesor científico al doctor Peña Malacara.
Fuente: ciencia.unam.mx














