En un entorno global marcado por la incertidumbre económica, el cambio climático y la desigualdad social, un creciente número de empresas está redefiniendo el concepto del éxito corporativo. En lugar de medir sus logros exclusivamente por indicadores financieros, estas compañías están apostando por modelos de negocio que integran valores sociales y ambientales en el corazón de su estrategia. Esta nueva filosofía, conocida como economía del propósito, está ganando terreno en México y el mundo, con ejemplos que van desde grandes multinacionales hasta empresas regionales con fuerte arraigo comunitario.
Uno de los casos más representativos en el norte de México es el de Grupo SIMSA, empresa lagunera liderada por Salomón Issa Tafich, que ha implementado un modelo de inversión con causa. A través de proyectos de alto impacto social, educativo y ambiental, el consorcio demuestra que el retorno financiero y el bienestar comunitario deben avanzar en la misma dirección.
«La verdadera rentabilidad empresarial no se mide solo en cifras, sino en el impacto que generamos, en la vida de las personas y el beneficio de nuestra comunidad», afirmó Salomón Issa Tafich. Este principio ha guiado las decisiones de Grupo SIMSA, que ha logrado consolidar una estrategia basada en criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), con resultados medibles y modelos autosustentables.
Entre sus logros ambientales destaca la reducción del 18% en su huella hídrica mediante tecnologías limpias y eficiencia energética, así como niveles de reciclaje del 98% en instalaciones clave. En el plano social, la empresa ha renovado espacios deportivos y públicos en Torreón, impulsando programas como «SIMSA Contigo», que fomenta la convivencia, el deporte y la salud comunitaria. Solo en la colonia Del Valle, más de 500 jóvenes se han beneficiado de estas acciones.
El modelo también destaca por su componente humano: más de 300 colaboradores participan de forma voluntaria en brigadas educativas, ambientales y sociales. Esta cultura organizacional ha fortalecido el sentido de pertenencia interna y ha permitido ampliar el alcance de las acciones sociales, fortaleciendo el tejido comunitario de La Laguna.
La estrategia de Grupo SIMSA también se apoya en alianzas público-privadas. La colaboración con instituciones como el DIF Coahuila, universidades locales y organizaciones civiles ha potenciado el impacto de sus iniciativas, generando sinergias en temas de salud, inclusión social y educación tecnológica.
Este compromiso ha sido reconocido por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), que otorgó a Grupo SIMSA el Distintivo ESR (Empresa Socialmente Responsable) en 2024. El reconocimiento valida una trayectoria que trasciende la generación de empleo o la rentabilidad financiera, y que posiciona a la empresa como referente en responsabilidad social empresarial en el norte del país.














