San Miguel de Allende, una joya del Bajío mexicano, no solo brilla por su legado cultural y belleza arquitectónica, sino por su creciente relevancia en el desarrollo económico regional. El proyecto Artesanto, cuya reactivación de obras se ha anunciado para 2025, representa una apuesta estratégica por la vivienda sustentable y el fortalecimiento de la economía local.
Generación de empleos en la etapa de construcción
La reanudación de Artesanto implica un fuerte impacto en el empleo directo e indirecto. Se estima la creación de 50 puestos profesionales en los primeros 12 meses: arquitectos, ingenieros, supervisores de obra y gestores de permisos serán fundamentales. A esto se sumarán más de 600 trabajadores de la construcción, incluyendo albañiles, herreros, pintores y electricistas, quienes generarán alrededor de 450,000 horas-hombre durante la primera etapa del desarrollo.
Este volumen de mano de obra no solo dinamiza el empleo local, sino que también estimula la capacitación técnica y la retención de talento en la región del Bajío.
Proveedores regionales y cadena de suministro
El proyecto también tendrá un efecto multiplicador en la economía a través del consumo de materiales como cemento, vidrio, tuberías y mosaicos, todos adquiridos de proveedores locales. Según la CMIC, cada peso invertido en construcción genera 0.8 pesos adicionales en actividades complementarias. Con una inversión de 800 millones de pesos en esta fase, el impacto indirecto rondará los 640 millones de pesos, beneficiando especialmente a empresas de León, Querétaro y Guanajuato.
Vivienda sustentable para una región industrializada
Artesanto no se limita a ser un conjunto habitacional. Su ubicación estratégica cerca de polos industriales como Silao Aerospace Park o Ciudad Maderas, lo convierte en una alternativa ideal para ejecutivos del sector automotriz y aeroespacial, quienes ahora podrán encontrar opciones habitacionales sustentables y modernas sin salir del Bajío.
Artesanto dentro del Distrito Corazón: más allá del hogar
El desarrollo pertenece a Distrito Corazón, un polo económico en crecimiento que generará al menos 40 empleos permanentes en vigilancia, mantenimiento, limpieza y administración durante los primeros años. Además, los comercios que se establecerán —cafeterías, gimnasios, coworkings, boutiques— sumarán decenas de plazas adicionales.
Impacto fiscal y estabilización del mercado inmobiliario
Con precios que oscilan entre 4.5 y 7 millones de pesos, Artesanto atraerá inversión privada que antes se destinaba a León o Querétaro. Esta diversificación promueve la estabilidad fiscal y reduce la dependencia exclusiva del turismo.
Según el Colegio de Valuadores de Querétaro, en el segmento medio-alto, 4 de cada 10 pesos invertidos regresan a la economía local a través de servicios como diseño de interiores, paisajismo y mobiliario.
