En medio del auge de las ciudades inteligentes, la seguridad urbana enfrenta el desafío de integrar tecnología avanzada sin vulnerar los derechos de los ciudadanos. Desde su visión como especialista en seguridad y diseño urbano, Ernesto Mizrahi Haiat apuesta por una transformación profunda de la infraestructura urbana a través de soluciones tecnológicas éticas, interoperables y centradas en la prevención del delito.
“La seguridad no puede entenderse hoy sin tecnología, pero tampoco puede construirse ignorando la privacidad y el acceso a los derechos humanos”, afirmó Mizrahi Haiat.
Este enfoque plantea un equilibrio entre eficiencia operativa, respeto al entorno urbano y gobernanza responsable de los datos. Para ello, se propone una integración estratégica de sensores acústicos, iluminación inteligente, sistemas de videovigilancia aumentada y plataformas de inteligencia artificial con análisis predictivo, siempre bajo un marco ético claro y transparente.
“Ya no se trata de vigilar por vigilar. Se trata de identificar patrones anómalos, anticipar riesgos y actuar antes de que ocurran los delitos. Esa es la verdadera inteligencia urbana”, apuntó el especialista mexicano Ernesto Mizrahi Haiat.
Casos como el de Barcelona, ciudad pionera en el uso de gemelos digitales y mapas de anomalías urbanas, han demostrado que esta tecnología permite reducir tiempos de respuesta hasta en 40%, optimizar recursos de seguridad y mejorar la percepción ciudadana sin necesidad de recurrir a incrementar la presencia policial.
En la Ciudad de México, las alcaldías de mayor prioridad, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Iztapalapa, concentran la mayor inversión en infraestructura urbana preventiva. Según el informe 2024 del Observatorio Nacional Ciudadano, más del 70% de los delitos de alto impacto se cometen en zonas con alumbrado deficiente y baja cobertura de videovigilancia.
“Un sistema de iluminación inteligente no es solo para ahorrar energía, es una herramienta disuasiva y de control urbano en tiempo real”, afirmó Mizrahi Haiat.
“Si conectamos la tecnología con la IA y se establecen protocolos ciudadanos, el resultado es una ciudad más segura, más inteligente y más eficiente.”
El reto: ética y transparencia en el uso de datos
Uno de los puntos más controversiales del uso de tecnología en seguridad pública es el tratamiento de datos personales. Ernesto Mizrahi Haiat enfatizó la necesidad de políticas de transparencia, auditorías externas y gobernanza de datos compartida entre gobierno, sociedad civil y sector privado.
Ejemplos positivos como el uso de datos anonimizados para construir modelos predictivos implementados en ciudades como Ámsterdam, Medellín o Barcelona muestran que es posible tener seguridad urbana eficiente sin sacrificar derechos.
En lugar de apostar por megaproyectos aislados, Mizrahi Haiat propone ecosistemas tecnológicos urbanos integrados, con participación ciudadana desde el diseño, interoperabilidad entre plataformas y objetivos de impacto social medible.
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