Los animales espías/cíborgs existen

insecto

El nombre que le puso la CIA al proyecto de un dron avanzado y futurista en abril de 1974 fue llamado  insecto clandestino.

El insectocóptero cuyo nombre original era antes de ser el insecto clandestino, tenía el objetivo de hacer vuelos de al menos 100 metros e instalar sistemas de vigilancia por audio.

Pero este proyecto jamas salió a la luz por cuestiones de logística y porque el sistema navegación disponible en la época, guiado por láser, era apto solo para vuelos en línea recta y encontraba demasiados problemas en las imprevisibles condiciones del mundo real.

insectos espias

Aunque parezca cosa de otro mundo el combinar animales con la tecnología no es cosa nueva ya que desde antes ya había palomas con cámaras, delfines entrenados para instalar explosivos y peces robóticos son solo algunos que figuran en el historial de gadgets que la Agencia Central de Inteligencia que ha empleado durante el último medio siglo. 

The Black Vault recoge un conjunto de informes desclasificados de esta fauna tecnológica. “Desde un punto de vista técnico, hay una alta probabilidad de que los animales sean capaces de ejecutar muchas tareas útiles, si no únicas, que serán de interés para el Departamento de Defensa y la CIA. Esperamos que estas investigaciones de sistemas animales se lleven a fases más avanzadas de desarrollo”, aseguraba Carl E. Duckett, el que fuera fundador y director de la división Ciencia y Tecnología de la CIA, en una carta fechada en diciembre de 1967. 

También hasta hace poco un equipo de investigadores de la Universidad de Washington terminó por publicar un estudio sobre la viabilidad de emplear “biorrobots basados en insectos” en tareas de detección de explosivos. “Proponemos una solución híbrida bioelectrónica que aprovecha directamente el rico repertorio de sensores olfativos y él sofisticado marco neurológico y computacional del sistema olfativo de los insectos”, explican. 

Esto lo llevaron a cabo después de comprobar cómo la exposición a químicos explosivos activaba ciertas neuronas en estos insectos y así fue como los investigadores decidieron diseñar este sistema “para, a través de una cirugía mínimamente invasiva, poder medir sus respuestas electrofisiológicas y crear un sistema de detección”. “En resumen, nuestro estudio es la primera prueba de cómo los sistemas olfativos biológicos pueden ‘secuestrarse’ para desarrollar una aproximación cyborg para la detección de químicos”. 

Al igual que en la tierra en el mar se puede llevar a cabo esta combinación como lo dio a conocer la revista Science Advances al mostrar las medusas como animal protagonista, “uno de los vehículos subacuáticos más energéticamente eficientes” y una “potencial fuente de ventajas” para abordar los grandes retos de la robótica.

“Presentamos un robot biohíbrido que usa microelectrónica integrada para inducir el nado en medusas vivas. Las medidas demuestran que la propulsión puede ampliarse sustancialmente al controlar las contracciones del cuerpo a un rango de frecuencias óptimo más rápido que el comportamiento natural”, señalan. Se escogió la médica debida a que suelen nadar tres veces más rápido, mientras que el gasto metabólico del animal solo se duplica.  “Este robot usa entre diez y mil veces menos energía externa por masa que cualquier otro robot acuático reportado en la literatura”, prometen.

 

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