La transición hacia la movilidad eléctrica está transformando la industria automotriz y minera a nivel global. La creciente adopción de vehículos eléctricos (EV) impulsará una mayor demanda de metales clave como níquel, cobre y acero en la próxima década. Según el experto en finanzas Roberto Guzmán García, la necesidad de estos recursos aumentará exponencialmente, generando desafíos en su abastecimiento.
Se estima que el consumo de níquel en la industria pasará de 500 mil toneladas anuales a 1.8 millones de toneladas en los próximos diez años. Este metal es fundamental en la fabricación de baterías para EV, especialmente en aquellas con tecnología de iones de litio de alta densidad energética. A medida que las empresas buscan mejorar la autonomía y eficiencia de los vehículos eléctricos, la presión sobre el suministro de níquel seguirá en ascenso.
El papel del cobre en la electrificación del transporte
El cobre es otro elemento esencial en esta transformación. Su alta conductividad eléctrica y resistencia a la corrosión lo convierten en un material indispensable para motores, cableado y estaciones de carga. De acuerdo con estimaciones del sector, la demanda de cobre en la industria de EV crecerá a una tasa del 10.5 % anual durante la próxima década.
El desarrollo de nuevas infraestructuras de carga y la producción de baterías avanzadas seguirán impulsando el uso de este metal. China ha liderado el crecimiento de los EV, con un aumento del 45 % en ventas anuales en los últimos tres años. Se espera que esta tendencia continúe con un crecimiento anual del 15 %, lo que incrementará aún más la necesidad de cobre y otros materiales estratégicos.
El acero: un material clave para la fabricación de vehículos eléctricos
A pesar del auge de materiales compuestos y aleaciones ligeras, el acero sigue siendo el pilar estructural en la fabricación de vehículos eléctricos. Su resistencia, facilidad de manipulación y costos relativamente bajos lo mantienen como la opción preferida para carrocerías y chasis.
En países como Estados Unidos, el 70 % del suministro de acero proviene de materiales reciclados, lo que reduce la presión sobre la producción primaria. Sin embargo, el reciclaje de metales enfrenta desafíos significativos, como la disponibilidad de infraestructura adecuada y el acceso a energía asequible para los procesos de fundición y refinamiento.
Los retos del reciclaje en la industria de metales
Si bien el reciclaje de metales es una alternativa viable para reducir el impacto ambiental de la minería, no será suficiente para cubrir la creciente demanda en los próximos años. Roberto Guzmán García señala que, aunque el reciclaje de acero ha avanzado considerablemente, el de níquel y cobre aún presenta limitaciones tecnológicas y económicas.
En países como Japón, el acceso limitado a fuentes de energía asequibles ha frenado el avance del reciclaje de metales estratégicos. A medida que la industria automotriz y minera buscan reducir su huella de carbono, será crucial desarrollar soluciones innovadoras para maximizar el aprovechamiento de estos recursos.
Hacia una minería más sostenible y responsable
La electrificación del transporte es clave para la descarbonización global, pero su éxito dependerá de una minería responsable y sostenible. “El sector minero debe adoptar estándares más estrictos de trazabilidad y sostenibilidad para garantizar que la transición energética sea verdaderamente limpia y socialmente responsable”, destaca Roberto Guzmán García.
Fabricantes de EV, responsables de políticas públicas e inversionistas tendrán un papel crucial en este proceso. Estrategias como la aplicación de tarifas a productos de regiones con prácticas ambientales deficientes, la trazabilidad en la cadena de suministro y la mitigación de riesgos financieros asociados a activos poco sostenibles serán fundamentales para garantizar un abastecimiento ético y eficiente de metales esenciales.
“El futuro de la movilidad eléctrica dependerá de la capacidad del sector minero para adaptarse a los nuevos estándares ambientales y sociales, asegurando un suministro confiable de recursos sin comprometer el medioambiente ni el bienestar de las comunidades”, concluye Roberto Guzmán García.















