A un año del inicio del Mundial 2026, Daniel Madariaga, especialista en turismo regenerativo y desarrollo sostenible, subraya que México tiene la oportunidad histórica de convertir este evento global en un referente ambiental. Como uno de los tres países anfitriones, junto a Estados Unidos y Canadá, México puede demostrar que la organización de un torneo masivo no tiene que estar asociada a impactos negativos, sino a transformaciones positivas y duraderas.
Un torneo con grandes desafíos ambientales
El Mundial 2026 será el más grande en la historia del fútbol, con 48 selecciones, más de 100 partidos y millones de visitantes que se desplazarán entre las sedes. De acuerdo con estimaciones de Carbon Market Watch, la huella de carbono podría superar los 3.7 millones de toneladas de CO₂.
En México, los estadios Azteca (Ciudad de México), Akron (Guadalajara) y BBVA (Monterrey) están en proceso de modernización, pero para Daniel Madariaga, el verdadero cambio no debe limitarse a la infraestructura deportiva.
“El reto está en que cada traslado, cada fan zone y cada noche de hotel sean parte de un esquema que regenere los destinos en lugar de degradarlos”, destacó el especialista.
Ciudades anfitrionas sostenibles: una propuesta integral
La propuesta de Daniel Madariaga consiste en desarrollar “ciudades anfitrionas sostenibles”, que apliquen prácticas de economía circular, fomenten la certificación ambiental en hoteles y promuevan un turismo regenerativo.
El especialista sostiene que esta visión debe incluir medidas como:
Gestión integral de residuos con reciclaje y compostaje.
Certificaciones LEED en hoteles y centros de hospedaje.
Programas de movilidad con transporte eléctrico e integrado.
Compensaciones de emisiones a través de reforestación urbana.
“Un Mundial debe ser un catalizador de desarrollo social y ambiental. El visitante tiene que dejar más verde que basura”, puntualizó Madariaga.
Ejemplos que inspiran y México puede replicar
Alemania, durante la Eurocopa 2024, logró reducir en un 21 % la huella de carbono respecto a torneos previos, gracias al uso de energías renovables y transporte sostenible. Canadá, otro país sede del Mundial, anunció el programa #ReuseForTheWin, que busca eliminar más de 2 millones de vasos desechables en sus fan zones.
En México, Guadalajara ya anunció que destinará el 40 % de su presupuesto del Mundial a iniciativas verdes, incluyendo certificaciones ambientales y manejo integral de residuos en torno al Estadio Akron.
Un turismo regenerativo como legado del Mundial 2026
De acuerdo con Future Market Insights, más del 60 % de los turistas internacionales que llegan a México ya buscan experiencias con certificaciones sostenibles, y más del 70 % están dispuestos a pagar más por actividades responsables con el medio ambiente.
Este escenario, asegura Madariaga, convierte al Mundial 2026 en una vitrina global para que México lidere un cambio de paradigma en el turismo deportivo: pasar de la simple derrama económica a un modelo regenerativo que proteja a las comunidades locales y a los ecosistemas.
“El momento es ahora. Si México quiere ser recordado como anfitrión de un Mundial transformador, debe apostar por la sostenibilidad y la justicia social”, concluyó Daniel Madariaga.













